viernes, 17 de julio de 2015

BAJO EL CALOR DE JULIO

He aquí una breve muestra del nuevo poemario que he comenzado a escribir en Tossa.

Resultado de imagen de Tossa de Mar de noche


I
La noche en el paseo de las Moreras
ha encontrado un aliado contra el calor:
la música de una banda joven.
Al fondo, la muralla de la Vila Vella
y los rayos intermitentes del faro sobre ella;
y entre la fortificación antigua y la música moderna,
el ronquido del mar sonando siempre.
La noche espesa de calor está como dormida
colgando de las lejanas estrellas.
Sobre sillas de plástico y en el pretil del río
se sienta el público callado y sudoroso,
esperando tal vez algún milagro,
la brisa acaso de los violines,
 el aire fresco de los oboes y los saxos
y el viento libre de las trompetas…
Pero la calma viene de la garganta limpia
de la solista del coro que culmina el tablado.
Su voz de blues intemporal y exótico
se abre paso en las sombras del paseo,
se enreda en las amplias hojas de las moreras
y acaricia los oídos de los asistentes al concierto.
La sutil melancolía que traspasa las sombras
se va alojando suave como un beso
en el fondo de los corazones.
Todo es música.
Entre nosotros vive el ángel de la calma,
de la refrescante paz, por un momento,
pese al calor sofocante de la noche.
La consabida muralla, el conocido mar,
hasta el mil veces hollado paseo de las Moreras,
han dejado momentáneamente su cotidianidad,
su realidad corriente y pasajera,
para convertirse en alma intemporal,
momento universal y trascendente.
Sólo nosotros permanecemos vivos
para confirmar el milagro de la música,
voz e instrumento de la eternidad.
 
II
De buena mañana
cantan las cigarras,
y el resto del mundo,
en sueño profundo,
goza de la calma.

Menos el ciclista,
que cruza la pista
del viejo pinar
pensando en llegar
muy pronto a la villa.

Siguen las cigarras
de buena mañana
su fiel sinfonía.
El mundo dormita
viviendo esta calma.

Rodando las ruedas
de la bicicleta,
suena la pinaza
caída en la senda
llena de nostalgia.
 
La vida es pequeña,
pero el hombre llena
sus horas de magia
si en poco no empeña
su gran esperanza.