jueves, 23 de noviembre de 2017

VERSIONES DEL CAMINO II

Resultado de imagen de aceñas de cabañales

Yo que pertenezco
a la raza más sola
respiro en los relojes
necesitando ayuda,
palabras que me nombren,
miradas como espejos
donde la infancia mía
sin caducar se asome,
necesitando palmadas,
como espigas de futuro
y nuevos soles.

Y de pronto me veo
rodeado de amigos,
de manos compañeras
habituadas al pulso
de la vida y los libros,
y me siento feliz,
y sé que en mi camino
de nuevo brotan flores,
vida nueva que ayudan
a sentirme más vivo,
a ser de utilidad,
a ser el viento amante
de velas y molinos,
a ser agua de noria
o sol de trigo.

Si una mano más alta
limpiara el polvo
de nuestros corazones,
el tamo de la prisa
y de las sinrazones,
tal vez no sería todo
un túnel para el hombre,
tal vez la voz, más niña,
repudiaría la sangre,
y tal vez los insultos
se volverían canciones.
Para todos reclamo
esa mano de lluvia,
ese prístino roce
que hará de nuestra raza,
tan sola y tan insomne,
un racimo compacto
de ilusionados hombres.