miércoles, 17 de mayo de 2017

DE ANATOMÍA DE UN ÁRBOL



Resultado de imagen de arboles 

 
 I


Comprueba que bien poco
te queda ya de aquel árbol primero
de la tierra que te daba luz y alma.
Mejor que te acostumbres a este cielo
de tarde que se cae sobre tus ramas
y las besa con un poco de sol. 
Aún puedes soñar en otras albas
y en el milagro de otro nido
cantando entre tus ramas.
Tu otoño es este otoño.
El pasado es estéril
y un cálido veneno la nostalgia.


Resultado de imagen de llamas de fuego 
 
II


No dejemos perder estos días
de silencio nevado. Aprovechemos
esta llama que nos arde en el alma
y robemos la paz escondida
en el polvo del tiempo. 
                                    Viene a veces
un frío sepulcral del otro lado
y el timón se nos rompe, y no sabemos
dónde está la orilla buena, ni dónde
el marinero que atará los cabos.
Por eso no conviene que dejemos
perder estos días bendecidos
en que parece que por fin los ojos
ven más que nunca y el corazón entiende
de caricias y defensas
contra el vendaval del olvido, 
contra el negro, inexorable 
malecón de la muerte.
La soledad y el miedo 
nos hieren fácilmente.
                                    Ya el otoño
se encarga de avisarnos que no somos
los de ayer. 
                     No dejemos
perder estos días que aún nos dan
sorpresas y aventuras
de amor o desamor, pero bien vivos,
atentos a la flor de los festejos,
al sexo de los días y las noches,
al mar del corazón que brama en olas
aún de confianza y de deseo.


Resultado de imagen de arbol bajo la lluvia 










III
 
La vida es como un árbol. 
No se cesa nunca de subir
el armazón sagrado de las ramas
hacia la luz del canto,
Aunque el otoño corta las alas a la luz
un poco a cada instante
y la lluvia se empeña en hablar de otros miedos.
Mirar hacia delante y hacia arriba,
rellenando el impreso de la obra
y poniendo otra tabla
al andamio del día.