jueves, 28 de febrero de 2013

BAILAR





 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bailar hasta que el cuerpo

sea sólo una nota

musical, un acorde

de viento emocionado,

un paso de dios ebrio.

Bailar hasta que el alma

sea esencia de espuma,

espectro de perfume de mar alto

o cielo sumergido.

Bailar hasta que el verso

no necesite más de la metáfora

y él sea el único poema,

él el único cuerpo,

él la única alma.

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