lunes, 11 de marzo de 2013

LO QUE QUEDA DE AQUEL TIEMPO

El poema que incluyo en la entrada de hoy pertenece a El camino diario, libro que obtuvo el Boscán de 1979, el tercer poemario en el orden cronológico de esta Antología poética de mis libros que es
AGUA ANTIGUA EN NORIA NUEVA.























Del potro donde eherraban a los bueyes
ya sólo que da un palo, y del herrero
unos ojos donde se ve el espanto
y, casi tierra, el cuerpo.

Hay siempre alguien que agita las edades,
que rompe la memoria y rompe el tiempo,
que deshace la escena que vivimos
y convierte en recuerdo.

Este trozo de campo tan exiguo
un día fue la plaza de mis juegos;
aquí junto a otros niños fui feliz
y tuve dulces sueños.

Hoy mi casa, arroñada, está muy sola,
y el grito funeral de los vencejos
--flechas oscuras en el cielo-- clama
soledad en mi pecho.

Hay algo que se quiebra en mis entrañas,
hay algo que me roba el sol del tiempo:
tengo pena del hombre que me lleva
y envidia del niño que llevé en mi cuerpo.

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