jueves, 1 de agosto de 2013

SONIDOS DE OCARINA


 
 
Hace aproximadamente cincuenta años encontré en el mercadillo de San Antonio de Barcelona un librito de coplas de Bartolomé Soler titulado Guitarra, que leí con tanta delectación, que a su influjo dediqué al escritor catalán una colección de coplas y epigramas paralelos a los que figuraban en las páginas de su libro y que titulé primeramente Saxofón y, finalmente, Sonidos de ocarina.

No son nada especial, pero responden más o menos a la forma de concebir tanto la vida como el hecho de la creación literaria. Ahora, pese a haber transcurrido tanto tiempo,  rescato del polvo del olvido, aunque con breves correcciones y alguna que otra innovación, esas coplas y epigramas. Si algún lector saca provecho de ellas, habrá servido de algo recuperarlas.


 

A JOSÉ ÁNGEL BUESA
Cogí para ti esta pluma
de la abubilla más sola;
colocará en tu sepulcro
un ramillete de rosas.


 



UMBRAL
A quien leyere le pido
que al entrar por estos versos
vaya con alma de niño
y deje volar sus sueños.



1
De niño aprende las cosas
que te susurran los libros;
de adulto, olvídalas todas
y empieza a abrir tus caminos.


2
Una cosa más le digo:
las fotos son importantes,
pero lo son más los vivos.


3
¿Tienes mansiones lujosas?
¿Tienes tierras y cortijos?
Procura que no aprisiones
la luz que brilla contigo.


4
Échate al campo, labriego,
y no esperes que el pan brote
sólo del agua del cielo
si tú las manos no pones.


 
 
5
Ten cuidado con la escarcha,
con la nevada tardía;
no vivas de la esperanza
si no luchas por la espiga.


6
Si ves a un niño implorar,
no le des tu gota de agua:
dale completo tu mar.


7
Campana, campana: nunca
dejes tu bronce dormido.
Que poeta que se calla
pierde parte de su escrito.


8
Poeta: renueva siempre
el agua de tu cantar;
que el agua que no se mueve
nunca llega hasta su mar.
 
9
Atiende primero al mundo
donde se aprende a vivir,
y después habla del tuyo.


10
No hables tanto de tus penas:
muchos hombres padecieron
antes de que tú nacieras.


11
Trabaja bien tus poemas
con voces hechas de días,
de trabajos y herramientas.


12
Tal vez el premio mejor
del hombre sea el camino
abierto con su sudor.


 
 
 
13
¿Elegirías de nuevo
como vivir tu vivir,
como amistad tus amigos,
tus versos para escribir?


14
Elige bien tus amigos:
un cuchillo en mal estado
puede hacerse tu enemigo.


15
El alma anhela sus sueños,
pero vives en la tierra
y es pobre barro tu cuerpo.


16
Amigo: no dejes nunca
de andar siempre hacia delante;
piensa que es largo el camino
y si hay premio llega tarde.


17
Menosprecia los aplausos
con que los necios te halagan;
muchas veces son los cepos
que tu carrera amordazan.


18
Poeta, sigue cantando
aunque te apunten los versos
de otros poetas frustrados.


19
Las monedas de los versos
tienen que ser verdaderas;
el metal es lo de menos
si de boca en boca suenan.


20
Cuando cantes al amor,
no pongas oro en tus labios:
pon la luz del corazón.
 
21
Que en tus palabras, poeta,
no resuene la metáfora:
que lata la vida plena.


22
Cuando aludas a un difunto,
no aumentes más la tristeza
de estar muriendo a diario:
que no se muera el poema.


23
Cuando escribas un poema,
no busques temas exóticos:
habla del hombre que vive,
que lucha y sueña en tu entorno.


24
Dale la mano al que sufre,
al que naufraga a tu lado
y después ponte a escribir:
sólo así sabrás contarlo.


25
Hay gente que aspira al cielo
atropellando a los otros;
las torres que así subieron
acabaron en escombros.


 
 
 
26
Las palabras del poema
serán como el sol que brilla:
cálidas y luminosas,
engendradoras de vida.


27
Caminante que caminas
los caminos de la tierra:
dime qué ruta es más apta
para labrar la existencia.


28
Amapolas de dolor:
llevan la sangre en la ropa
y el luto en el corazón.


29
¿Que la vida es otro mar?
No. La vida es una gota
que crece buscando el mar.


30
No te importe que el amor
te cause graves heridas:
que en vez de morir te harán
querer aún más a la vida.


 

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