sábado, 11 de mayo de 2013

EL AMOR DIARIO

(Continuación de AGUA ANTIGUA EN NORIA NUEVA)

A La dura vida amada (Ángaro, Sevilla, 1983) pertenece el poema siguiente:



















El amor diario

Y regreso al amor
como a la calle amada
donde vivo mi vida
junto a la mujer diaria
que se mueve a mi lado
entre vasos y almohadas,
como el día o la noche
que mi tiempo acompasan.
Porque ella es la hora
de los besos y el alma,
de la escala segura
que me sube a la calma.

Y entonces dejo el libro,
la sombra de la escarcha,
para varar mi barco
en sus manos de playa.
Allí me espera el vino
de su cuba sagrada
y oigo las caricias
de su dulce palabra.
Entonces soy el niño
que vence a la cucaña
y el viejo marinero
que regresa a su casa.

Cuando ileso desciendo
al mundo con el alba,
descubro que el poema
de pronto es una llama
que ha encendido el amor
sin clarín, sin proclama,
el amor tan sencillo
que a diario me ensalza,
el amor que me da
mi mujer cotidiana.

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